miércoles, 14 de enero de 2015

El ritmo

El ritmo

Ritmo en música, se refiere a la pauta de repetición a intervalos regulares y en ciertas ocasiones irregulares de sonidos fuertes y débiles, largos y breves, en una composición.
 En un sentido más amplio, el ritmo es un flujo de movimiento controlado o medido, sonoro o visual, generalmente producido por una ordenación de elementos diferentes del medio en cuestión. El ritmo es una característica básica de todas las artes, especialmente de la música, la poesía y la danza. También puede detectarse en los fenómenos naturales.
 El ritmo musical engloba todo aquello que pertenece al movimiento que impulsa a la música en el tiempo. En la danza, el ritmo gobierna los movimientos del cuerpo.
Conceptos que abarca el ritmo musical:
 Compás: subdivisión del tiempo, usando un numerador (que indica la cantidad de notas que entran) y un denominador que indica la calidad, es decir si es negra, corchea, etc.
Tiempo o tempo: una constante que se mantiene y que hace que el ritmo o cualquier otra parte de la música se mantenga.
En la prosa escrita, el impulso rítmico determina el equilibrio de las oraciones y la disposición de las palabras. El ritmo es un rasgo básico que determina la estructura de la poesía, bien en la sucesión planificada de sílabas largas y cortas que caracteriza a la poesía griega y latina antiguas, o en el uso del acento y la métrica, como en la poesía moderna. La rima también contribuye al efecto rítmico de la poesía. En las artes visuales, los objetos o figuras pueden yuxtaponerse para producir una composición rítmica.

En la naturaleza, se dice que existe ritmo en las series infinitas de actividades, como el dormir y despertarse, la nutrición y la reproducción que gobiernan la existencia de todo ser vivo. Dichas actividades suelen estar muy relacionadas con los procesos rítmicos de los fenómenos geofísicos como las mareas oceánicas, el día solar, el mes lunar y los cambios de estaciones.
La educación musical es un proceso que tiene por finalidad colaborar en el proceso educativo con miras al lograr el desarrollo integral y armonioso del niño y la niña.

Su propósito es atender por lo general aspectos intelectuales, éticos, estéticos y físicos del niño y la niña a continuación mencionaremos algunos de ellos.
· Expresan sus sentimientos rítmicos marcando el pulso y el ritmo.
· Favorecen la adaptación al medio por ruidos, la atención por medio de sonidos, la concentración por voces y por noción musical por medio de canciones.
· Favorece la coordinación motora.
· Creatividad emocional.
· Exteriorización del sentido rítmico.
· Expresan levemente sus afectos a través del sonido y el movimiento.
· Reproducen y crean ritmos, sonidos y movimientos.
· Experimentan, descubren, escuchan, reconocen sonidos.
La música entra en el niño y la niña de la forma más sencilla de manifestarse, donde el niño y la niña se convierten en sus propios creadores de forma activa.
Si observamos el entorno que nos rodea, podemos ver que el ritmo siempre está presente. Desde el vientre materno experimentamos una serie de ritmos naturales que están en la base de nuestra vida fisiológica (latidos del corazón, respiración...) y también psíquica. El ritmo es algo natural en el ser humano; no existe un ritmo común a todos (por ejemplo, cada uno tenemos una forma peculiar de andar, mover los brazos, hablar...)
 Este sentido rítmico podemos emplearlo como punto de partida de la educación musical del niño. Se puede hablar de una evolución rítmica del niño.
 Hacia el año y medio el niño utiliza todo su cuerpo para responder a la música rítmicamente, a los 2 años su motricidad va respondiendo ante el fenómeno musical de una manera diferente, dado golpes con los pies en el suelo, balanceándose... 
 A partir de 3 años acompaña de forma rítmica una canción, percutiendo con las manos o los pies. Conforme va creciendo comienza a coordinar mejor su propio ritmo con el musical y manifestándolo a través del movimiento.
 Dentro de la enseñanza musical el ritmo ocupa un papel muy importante porque proporciona orden, serenidad, equilibrio. Éste ayuda  desarrollar capacidades motrices (caminar, correr, saltar...), actividades motrices especiales (juegos de imitación, destreza, precisión rítmica de los movimientos)... El desarrollo del sentido del ritmo favorece la formación del sistema nervioso.

 La  educación del sentido del ritmo también incluye la educación auditiva: el oído se adapta al ritmo y posteriormente el cuerpo lo traduce en movimiento
 El movimiento rítmico ayuda al niño a tomar conciencia y hacerse dueño de su cuerpo, como instrumento musical y de expresión, proporcionándole una mayor agilidad psicológica que le ayudará al afianzamiento de la personalidad y a una mejor adaptación al medio socio-cultural.
 El ritmo también tiene  relación con la preescritura y el dibujo. A los dos o tres años realizan garabatos, pero poco a poco van tomando conciencia de la relación de su mano con los grafismos. Cuando los están  realizando, si les hacemos oír una música apropiada, les ayudamos a efectuar otros movimientos más flexibles que van preparando al niño para la escritura a través de gestos y trazados que al mismo tiempo les van liberando de tensiones musculares.
 Existen diversos elementos fundamentales del ritmo musical que los niños pueden ir descubriendo: el pulso o tiempo (sucesión periódica de pulsaciones iguales), el acento (fuerza con la que se ejecuta uno de los pulsos), el compás o ritmo musical (división del tiempo en partes iguales)...
 Los niños pueden relacionar el pulso con los pasos al caminar, el tic – tac del reloj, los latidos del corazón. Para trabajar el acento podemos realizar ejercicios sobre recitaciones de versos, canciones sencillas... También ayudará al estudio del mismo juegos donde caminamos al ritmo de una marcha determinada y marcamos con el pie el acento musical...
 Es aconsejable seguir un plan de trabajo con nuestro alumnado de Educación Infantil para que vaya conquistando el ritmo de un modo gradual y consciente a través del movimiento, la expresión del cuerpo, los juegos musicales... Los ejercicios sensoriales también podemos utilizarlos como punto de partida de la educación rítmica y de toda la formación musical.
 Para desarrollar el ritmo en los niños podemos utilizar instrumentos naturales o musicales. Al hablar de “instrumentos naturales” me estoy refiriendo principalmente al cuerpo como instrumento de percusión que se inicia con el desarrollo del esquema corporal en cuatro niveles: pies, rodillas, manos y dedos, obteniendo diferentes planos sonoros con gran riqueza y variedad de timbres. Esta percusión corporal tiene una gran importancia dentro de la coordinación motriz.

 Las actividades musicales rítmicas, vocales, instrumentales y de movimiento tienden a desarrollar la belleza, el equilibrio, la armonía.... Por todo lo mencionado, el ritmo tiene una importancia extraordinaria dentro del desarrollo integral del niño y queda de este modo justificada su educación desde las primeras etapas.

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